Te quiero tanto que no se qué hacer
Que quiero conocerte
Que no se qué hacer
Te quiero tanto que quiero escucharte
Que no se qué hacer
Cuando no se bien cómo hablarte
Cómo contarte, cómo explicarte que
Te quiero tanto que no se qué hacer
Que quiero conocerte
Que quiero cuidarte
Que no se qué hacer
Te quiero tanto.
Te quiero tanto, que no se qué hacer
Que quiero quererte bien
No se qué hacer cuando no se qué hacer
Pero se qué te quiero tanto.
Te quiero tanto que quiero conocerte y escucharte y cuidarte y quererte bien.
Se ve que ando con ganas de escribir
Se ve
¿Quién ve?
Hace unos días que sin buscarlo se me aparecen en la cabeza palabras ordenadas de una manera que me gusta escuchar
Como si una oración cotidiana tuviese armonía
En fin, me acerqué a este rinconcito virtual que alguna vez me construí, para escribir sobre un descubrimiento personal: la falta de respeto me indigna bastante. Suena muy obvio dicho así. A quién no le indigna esto. Pero me di cuenta de eso, el atropellamiento en un diálogo, la no comunicación, la interrupción, que fastidio no? Estoy cansada y poco paciente, eso debe andar influyendo en mi interpretación, pero ciertamente, el no saber hablar es feo y el no saber escuchar peor.
Hoy fue un día largo, en realidad duró lo mismo que todos los otros días, pero cuando terminó mi cansancio me hizo sentir que habían pasado muchas más cosas.
Y ahora escribiendo, pienso en que esto se parece a un diario íntimo adolescente
Y me da risa
Y sigo igual porque me está sirviendo
Y ahora escribiendo pienso en que este día quizás se va a parecer a muchos que vienen por delante.
Colegio
Alumnos
Cansancio
Convivencia
Poca paciencia al final del día
Y Dios quiera, siempre una buena reflexión
Y ahora escribiendo pienso en que a veces uno está cansado y no hay más para hacer que descansar
El otro día pensaba
Mas claramente de lo que ahora puedo expresar
Pensaba que mi forma de ser tan precavida, tan nerviosa por lo improvisado, es mi retorno rápido a la oración.
En mi deseo de orden, de prolijidad, de éxito, el mundo me excede, natural y lógicamente me excede. Gracias a Dios que me excede. Para mi bien, me excede. Me excede y me recuerda a Aquel a quien nada le excede. A Él llamo, en Él confío. Mi capricho mundano te volvió a llamar. Y acá estoy, contándote que estoy nerviosa o ansiosa o aburrida o distraída. Y acá estoy volviendo egoístamente en mis pavadas. Y me pregunto cómo no te cansas? Y te pido, no te canses, por favor.
Y pienso que quisiera poder siempre confiar más en Vos que en mi misma.
Y quisiera volver a enamorarme. Verte en todos lados. Hablar de vos. Darte a conocer, presentarte a mis amigos que no te conocen. Saber nombrarte. No presumirte, imitarte. Quisiera volver a enamorarme, verte en todos lados. Saberte en todos lados. Elegirte. Buscarte. Contarte. Escucharte. Quisiera asombrarme de todo otra vez. Emocionarme contando mi asombro. Escucharte en mi propio hablar.
Y a veces pienso que es así, que está bien, que maduró el sentimiento, pero tengo miedo de dejarte de elegir.
De distraerme demasiado.
Hoy pasamos por una plaza. Yendo al CEMIC, volviendo de la vtv. Nunca había ido a hacer la vtv, mamá me acompañó, le tengo cierto respeto a los exámenes creo. Pensaba eso el otro día, quizás es mi instinto precavido o mi distanciamiento la improvisación, como le quieras llamar, pero me di cuenta de eso, ir por primera vez a algo, por ordinario que sea, me genera cierto temor, cierto volver a ser alumna, niña, aprendiz. Tratándose de un examen creo que esto se acentúa, nunca supe bien como desaprobar. Esto no lo digo tanto como una virtud, que no se mal entienda.
Volviendo de ahí, de la vtv, yendo al CEMIC a ver al lelo, pasamos por una plaza. Es curioso, uno podría decir que todas las plazas se parecen, son plazas, pasto, juegos, niños, árboles con suerte, caminos, asientos, son plazas, un concepto hermoso. Ir a la plaza. Que lindo eso. Ahí también soy niña aprendiz.
Pero esta plaza, por alguna razón, me hizo acordar a la plaza de Bernal, la plaza de las primas. De repente quise a esa plaza, y un sentimiento acogedor me invadió y sentí que si me tiraba al sol en esa plaza no iba a sentirse tan ajena. Es una plaza enfrente del CEMIC de Saavedra, está medió escondida, es grande, yo nunca había pasado, imagínate que ni me muevo por las calles de Saavedra. Capital, general paz, no es mi diaria, ya sabes. Además uno solo pasea por las plazas de su barrio, creo, o pensaba.
Creo que fue la luz del día, la hora, el sentimiento de estar lejos de casa, eso definitivamente, una plaza, una plaza lejos, el sol cálido, algo que me hizo sentir que esa plaza y la de Bernal eran hermanas. O eran la misma.
Cuando íbamos a esa plaza, la de Bernal, yo era chiquita, todas éramos chiquitas.
Ir a Bernal siempre fue como un viaje a un lugar sin tiempo, para mi el trayecto en auto era larguísimo y muy lejos.
Ahí nadie me conocía y yo no conocía a nadie. Solo a mis primas y mi abuela. Mis primas y mi abuela son las dueñas de Bernal, así está en mi cabeza. Todo allí gira en torno a sus hábitos y criterios para mi.
Bernal era un lugar sin tiempo.
La plaza de Saavedra también podía serlo.
Ayer, antes de empezar con las clases, entré a rezar a la capilla del cole. Se escuchaba una vocecita aguda, lejana, que cantaba de principio a fin canciones a la Virgen. Dos niños sentados a la derecha adelante y una chiquita sentada adelante de todo del lado izquierdo. Me escuchan, me miran arrodillarme, me saludan, y siguen con lo suyo. La vocecita seguía cantando. No puede ser, capaz es un cassette. Muy emocionada me quedé ahí arrodillada, rezando con las canciones y asombrada del regalo. Los nenes se levantan, se mueven, miran a la nena, le hablan, vuelven. A la nena se le suma una amiguita, se sienta con ella, sigue el canto. Se paran, caminan por el pasillo central, se sientan a un banco de distancia del mío, abren el librito, se ponen a cantar. Confirmo qué son ellas cantando y me consuela el mimo de Dios frente a mis angustias. Siguen cantando, yo lagrimeando desde que entré. Entran dos chiquitas, estas mas peques, son de 2do. Me tocan el hombro, yo arrodillada ¿Nos enseñas a rezar? Siéntense acá, escuchemos como cantan las chicas ¿Eso estás haciendo vos? Si. Me quedo un rato y me levanto a dar clases. Las dejo cantando, ni se enteran que me voy. Me guardo el regalo
De lo menos a lo más:
Te acordas de ese día que comimos un alfajor de maicena todo pastoso?
Si, ese día que no encontrábamos bien donde estacionar y al final encontramos ahí al ladito del museo de arte decorativo, que hicimos el chiste de ir a tomar el té ahí. Que me preguntaste si nos iban a sacar un ojo con el precio. Un ojo y un órgano te dije yo, y me burlaste, como si los ojos no fueran órganos. Yo te dije que los órganos son los que están adentro, haciéndome la que estaba muy segura de eso.
Te acordas? O no?
Que fuimos a una cafecito a unas cuadras del museo al final. A uno más barato. Que desde afuera vimos una mesa en donde no nos sentaríamos. Si, que dijimos que parecía una vidriera de lo cerca que estaba de la calle. Claro, si, que al final nos terminándonos sentando ahí porque era la única mesa libre.
Que vos pediste una factura con crema pastelera. Y yo el alfajor.
Entraba un rayito de sol. Ese sol de la tarde. Dorado.
Si, que vos tenías calor y yo estaba chocha de que me diera en la cara ese sol. Estaba sentada en esa hamaca que tenía nuestra mesa, esas que cuelgan del techo, tipo tejidas en mimbre.
Ese día, me acuerdo que había muchas nubes pero el clima estaba ideal, fresquito y con sol. Me acuerdo de pensarlo mirando el cielo de camino al hospital.
Si, íbamos al hospital, te acordas?
A llevar al lelo
A la operación de su espalda
Vos no te acordas, porque no estabas adentro, pero el lelo no supo decir bien de qué lo operaban, de las costillas decía, era de las vértebras.
Claro, al café fuimos a esperar a que nos llamen, a que nos avisaran cuando terminase la operación
Si, te acordas.
Que había un perrito igual a indi en la plaza, que como indi, se frenaba y no quería caminar más.
Esa plaza, plaza las Heras me dijiste vos. La que está en frente al CEMIC de Palermo. Claro, en ese hospital estaba el lelo. No, el de Saavedra no. En ese iba a ser antes de que la reprogramaran.
Te acordas que nos sorprendió lo bien que estaba el lelo para haber estado sin comer desde la noche anterior
Ese ayuno, te acordas la historia de ese ayuno…por eso la reprogramación.
Si, Dios algo nos habrá enseñado.
No, por el ayuno no lo digo, eso fue nuestra torpeza, me refiero a toda la situación.
Claro, de ese día te hablo, si, que rezamos un denario en el pasto de la plaza las Heras esperando a que el lelo salga de la operación.
A quién le comparto esta dicha mi Señor, si solo a mi se me regala.
Este consuelo de un refugio en suelo extranjero, esta vivencia de mi patria grande en patria ajena.
Más si a mi sola me regalaste hoy, ser consciente hasta la lágrima, ser sensible hasta la certeza, de sentirme hija amada de un padrino Uruguayo. Quien desde pequeña me vio crecer. Quien me conoció niña, e inmadura, e ignorante. Quien vio madurar mi fe.
Hoy me consuela, este refugio. Me mima con la superficialidad tan trascendente de una charla artística, con el esfuerzo dichoso de un trayecto en bicicleta, y me recibe, con los brazos abiertos, que siempre, incluso antes de que yo fuese capaz de percibirlo, lo hizo.
Hoy mi refugio uruguayo es reflejo nomás de nuestra, y no digo mía sola, pues hace unos años se me invitó a anhelar vivir en aquella, la eterna, la patria celestial.
Un minuto, un instante
Y todo lo que creías cerca se vuelve distante
Y me doy cuenta que por todo esto es importante, saber estar.
Un minuto, un instante
Y todo el esfuerzo que diste se quedo atrás y vos estás adelante
Y me doy cuenta que por eso es importante, saber llegar.
En un minuto, en un instante
Y hoy ya no me acuerdo de lo que ayer me preguntaste
Y me doy cuenta que quizá por eso es importante, saber hablar
Es rápido, imprevisto
Es un minuto, un instante
Y me doy cuenta...
Ya no es como antes
Toda enredada
Toda desordenada
Estas en los recuerdos. Los tuyos, los suyos, los de todos aquellos peces que, afortunados o desdichados, fueron pescados por la misma red.
Apretujada
Sin tiempo para nada
Estas toda enredada
Estas en los recuerdos
Pero no es estás acá.
Y todos estos nudos ya no los podes desatar.
Mañana te vas a quedar sin ayeres si no te desenredas.
Estas enredada, apretujada, sin tiempo para nada, es que fuiste pescada por una red
social
Bailando un vals conmigo misma
De aquí para allá
Suave
Despacio
Mirando bien a donde pisar
Sin dejar de bailar
Vestida de gala
Allí voy
Me deslizo por la pista
Suave
Despacio
Allí voy
Bailando un vals conmigo misma
Aquí estoy
Voy suave
Voy despacio
Que la música suena
Y yo sólo tengo que bailar
Contemplo mi alrededor
Mientras bailo otra canción
Bailando un vals yo sola
Rodeando las manos en el aire
Dejando un huequito entre la nada y yo
Bailando un vals conmigo misma
Me río de la situación
Y espero
...Ojalá un día bailemos juntos esta misma canción
Me río y espero
Porque la música sigue sonando
Y yo sólo tengo que bailar
Allí voy
Vuelve a aparecer entre nosotras dos.
Me revuelve la cabeza
Me hace olvidarte
Me deja sólo lo peor
Y la tecnología no me ayuda
Y quererte es más difícil si no te veo, y demostrarte que te quiero es más difícil si no estás.
Vuelve a aparecer entre nosotras dos, nunca se ha ido en realidad.
No me deja construir
Ni contarte
Ni pedir
No me deja verte más
Compartirte
Ni abrazar
Vuelve a aparecer, en realidad, soy yo que en estas fechas la vuelvo a ver. A ella y a vos no.
Y acá está, no para de gritar "ya no está ya no está"
Y la tecnología no nos ayuda.
Y me enojo con tu recuerdo porque solo me llegan tus malas noticias
Porque no podemos charlar
Porque las novedades siempre son apresuradas
Porque los tiempos nunca son de compañía
Porque la rutina ya no es más compartida.
Vuelve a aparecer, la distancia hoy se hace ver.
Por ahí iba ella.
Percibiendo de lejos la verdad.
Ignorando todo lo que al alma le parecía agradar.
Por ahí iba ella, creyendo ganar.
Sintiendo que podía sola, que nada nunca la iba a golpear.
Por ahí iba ella, toda ingenua, toda frágil en realidad.
Cubierta en una coraza de superficialidad.
Por ahí va ella, todavía sigue en ese lugar, percibe de lejos, sólo escucha un poco y se va.
No se anima a acercarse, le falta coraje, le huye a la Verdad.
Hace un par de días, quizá son semanas, espero no sea todo una vida.
Pero hace un par de días que estoy como quieta. Estancada en un lugar en mi propia cabeza.
Me muevo, la rutina me transporta y me encuentro de repente viviendo una vida estando quieta en realidad.
Las conversaciones se me deslizan entre los dedos y las veo alejarse. Las quiero atrapar. Pedirles que se queden conmigo, quietas en el lugar.
Las risas pasan apresuradas, me juegan, bailan conmigo, y se van.
Todos mis pensamientos se reúnen a charlar, se gritan entre ellos y después vuelven a su lugar. Pero hay uno, hay uno que no se va.
Y me arrastra, me levanta de la cama, me saca y me pone el pijama. Hay un pensamiento que me lava los dientes todas las mañanas. Que no se acuerda de peinarme. Que me sube a la bici, me enseña a pedalear y todos los días me lleva a cursar.
Y ahí estoy yo, con la mirada perdida, pedaleando día tras día. Viviendo una rutina con la cabeza confundida. Siendo arrastrada por una melodía que no me gusta y no me deja tranquila.
De de todas esas palabras feas
De los chismes precipitados
De esa superficialidad que se asoma en la punta de mi lengua
De la mentira, cuando aparece como una opción
Del rencor
De la tentación de valer por otra cosa que por la verdad
De todo el miedo
Y de toda esta inseguridad
De la risa barata
Y del cariño accesible
De la vanidad en la que caigo
De la atracción por todo aquello en donde no te sepa ver.
De divertirme lejos tuyo
De vivir distante, percibiendo de lejos e ignorando la Verdad
Alejame Padre, de todas las cosas, en la medida en que ellas me alejen de Ti.
Ya pasa, se pasa.
La angustia ya se va.
Acuérdate de gritar. De hacerle frente, de que no hay ser más valiente que quien se quiere quedar.
Ya pasa, se pasa.
La angustia ya se va.
Vale, niña, que se fuerte, que se grande
Que no hay mayor aprendizaje que volverlo a intentar.
Porque ya pasa, se pasa.
Joder, que la angustia ya se va!
No la busques, no la abraces, no te quedes junto a ella, porque no sirve pa na'
La pausa en un instante. Y el ruido que se va.
Me doy cuenta que por eso es importante, buscar los momentos, saber estar.
La pausa en un instante y todo lo que creías cerca parece distante.
Y me doy cuenta que por eso es importante
Saber estar
Fue el tiempo lejos tuyo que me mostró lo mucho que te quiero.
Fueron tus palabras que ya no escuché.
Fueron los chistes que no te pude decir.
Fueron ritmos que no conocía. Todas las canciones que no pudimos bailar.
Fueron los mates que no te compartí.
Fueron las misas en las que no te veía. Y aquellas en las que te sentí escuchar.
Fueron las comidas que no supe pedir.
Fueron todos los recuerdos que nadie más tenía. Fue toda una memoria que no era compartida.
Fueron los códigos que sólo con vos había.
Fueron las historias del origen de sus vidas.
Fueron todos los sentimientos que yo no sentía.
Porque si, todas esas patrias eran atractivas, pero ninguna era la mía.
Pero ninguna eras vos, mi única amada, Argentina
De repente y como si para mi no pasara el tiempo, me pregunto sobre el futuro de todos aquellos que caminan por la calle agarrados de la mano
De repente y como si yo no estuviera yendo a ningún lado, me pregunto a donde irán
De repente y como si yo no tuviera ninguno, me pregunto cuales serán sus planes
De repente y como si quisiera convencerme de que esto siempre sucede, me pregunto cuál de los dos es el que ama más.
De repente y ajena a esa ebriedad, me pregunto: tomados de la mano, cuál será su mayor preocupación?
De repente y como si yo no lo conociera, me pregunto sobre el amor.
Si no Te tengo como centro soy como un error que no se supo corregir.
Si no te tengo como centro tengo miedo incluso antes de salir.
Si no te tengo como centro soy como un niño que grita frente a los problemas porque no conoce solución.
Si no te tengo como centro camino en círculos y siempre me doy el mismo tropezón.
Si no te tengo como centro todos mis planes pierden razón.
Si no te tengo como centro mi orgullo de repente se vuelve un montón.
Si no te tengo como centro todas mis angustias no tienen consuelo ni sentido.
Si no te tengo como centro no tiene valor nada de lo que hasta ahora he vivido.
Si no te tengo como centro todas y cualquiera de mis dudas son insoportables, mis desafíos, mis preocupaciones, se vuelven inaguantables.
Si no te tengo como centro camino apurada, toda atolondrada, creyendo que puedo sola, que no necesito nada.
Si no te tengo como centro mis esfuerzos nunca alcanzan.
Si no te tengo como centro la más mínima de las dificultades ya me cansa.
Si no te tengo como centro soy como una hormiga frente a una piedra queriendola mover.
Si no te tengo como centro todo es más difícil y yo no lo puedo ver.
Si no te tengo como centro corro el riesgo de creer que no te necesito.
Comprendi entonces, que el arte y la amistad compartían una cosa. Ambos eran inútiles y al mismo tiempo, indispensables.
Entendí que ambos requerirán de un mismo compromiso; la simple voluntad de su elección.
Y supe que por más devaluado que estuviera, ser artista, y ser amigo, es todo un honor.
Porque en ambos casos, tanto en la compañía, como en la propia creación, la única de las motivaciones siempre ha sido el enemigo del egoísmo, la humildad de un trabajo sin remuneración, un sencillo impulso de amor.
Que como Juan el Bautista, que sin conocerte, ya saltaba de alegría al saberte en el vientre de María, busque mi alma imitarlo en cada Eucaristía.
La sensibilidad suficiente para no ser indiferente.
Toda la sensibilidad que me permitió conocerte.
La fuerza, el ánimo, necesario para que esa sensibilidad no me haga daño.
Que decante
Que decante y se disuelva.
O qué al menos que decante y que no vuelva.
Que sepas esperar, darle el tiempo para decantar.
Y que no te quieras apurar a contar todo lo que te hace mal.
Que decante y que se valla.
Que se cuele entre las agallas.
Que decante tu enojo, tu incomprensión y todo tu mal humor.
Que decante el cansancio
Y que descanses.
Cuando el mundo es muy grande
Y todo lo que es malo se vuelve peor.
Cuando ya estoy cansada
Y frustrada, y no queda fuerza, no queda ánimo.
Cuando me siento muy chiquita, muy débil.
Cuando el afuera es demasiado para mi.
Cuando no se cómo actuar.
Cuando me callo.
Cuando no sonrío.
Cuando soy pura angustia.
Cuando estoy triste
Me duele que no sepas porqué.
Cuando nadie me entiende
Me duele que vos tampoco lo hagas.
Cuando todo me enoja
Me duele enojarme también con vos.
Estaba ahí, pero no era de nadie.
Yo lo veía desde lejos
Quería correr a buscarlo
Llegar, levantarlo, guardarlo
Llevarmelo
Pero no era mío
Ni era de ellos
Todo ese amor, estaba ahí, pero no era de nadie.
Iba y venía
Dando vueltas en un círculo perfecto que algún día se iba a terminar
Subiendo una escalera y volviendola a bajar
Iba y venía
Por esos siete escalones
Reconociendo cada día más su propia actitud frente a las cosas.
Iba y venía
Se iba y volvía
Encontrando un enojo y quedándose allá.
Queriendo volver, buscando lo que en el fondo sabe que le hace bien.
Iba a actitudes y volvía a madurar.
A pensar y está vez, decidir.
Iba a lugares llenos de gente, de chismes, de velocidad. Llenos de actitud, de popularidad, y de falsa seguridad. Iba a cuando la rutina la envolvía en una risa un chisme y el cansancio.
Y volvía porque quería ser honesta consigo misma y no dejarse llevar.
Porque sabía que ahí se alejaba de la humildad
Frente al desinterés no existe el reclamo.
Es sólo un grito deseperado a la pared.
A alguien que no está, a alguien que no escucha. Es un grito que no llega. Es un grito mudo. Es una carta a la que olvidaron escribirle su destinatario. Y ahora está ahí, estancada en algún buzón. Sin llegar. Sin poder cumplir su única misión. Frente al desinterés puede generarse un gran rencor. Un rencor, también, a la nada, y a todo. Porque nadie lo percibe como propio, porque nadie se hace cargo, porque a nadie le interesa, porque hay desinterés. Y ese rencor, si no se trabaja, si no se sabe entender con otros ojos, es dolor, es enojo, para siempre. Y nunca reconciliación.
Y ni siquiera física, reconciliación en el recuerdo.
Soltar ese rencor
Aprender a perdonar
Reconocerse uno también en falta
Ser perdonado
Aprender a mirar
Mirar al Ejemplo
Saber amar.
La distancia se presentó
Nos saludo con un beso y un abrazo
Nos quiso mucho.
Le caímos bien y nos invito.
La distancia nos incluyo en su grupo de amigas.
Nos presentó a su bff
Y juntas las tres
Cada una por separado
Fuimos tríos asquerosamente perfectos.
La distancia, la rutina y yo.
La distancia, la rutina y vos.
Ahora la distancia no quiere que me junte con vos, no me deja que charlemos, no le gusta que sepas de mis cosas. No quiere que te cuente que ayer coni me miró y denuevo no me saludo, y me dijo que no era tan importante saber si al final habías decidido dejar el sillón bien pegadito a la pared.
Me dijo, en secreto, y me pidió que no te contará, que a vos no te interesa tanto saber que de a poco me pongo más canchera manejando, o que te cuente porqué este año vovler a Luján fue hermoso.
La distancia no quiere que me junte con vos, ni quiere que dibujes flores en la bici.
Me dijo que no le gusta que filosofemos del amor y del consuelo verdadero un miércoles a la mañana en el río.
Y me dijo que contarte cómo había salido la cuatricromia de grabado era tonto.
Ayer a la tarde me dijo "¿qué le importa a ella saber que hablaste muchas cosas buenas con una amiga de rochi?"
Así, textual.
La distancia no quiere que me junte con vos
Y me dijo que no importa porque vos no me extrañas.
Me dijo que no te pregunte más cómo estás.
Hoy nos vimos las tres, yo le volví a preguntar si está vez vos podías venir. Me miró re mal y la rutina evadió la pregunta.
La distancia me dijo que eso de charlar de habitación a habitación antes de dormir era antes, con vos, ahora ya no. Que "los consejitos" ahora se los pida a ella, y que cuando algo me de miedo, que me jorobe, que ahora que vos no estás, la más grande es como si fuera yo.
La distancia no quiere que me junte más con vos, y yo ya se, vos sos mejor...pero últimamente la distancia siempre está muy cerca.
Otra vez esa comezón
Pequeñito dolor que molesta tipo punzón
Sube
Desde algún lugar
Quién sabe cuál
Sube
Sube y se estanca,
Como siempre...
En la garganta
Y ahí, a mitad de camino se queda
No vuelve ni se va. Quema
Y vos, acostumbrada, haces fuerza y tragas.
Literalmente te tragas la angustia
Por no saber hablar
La ilusión es un globo de helio.
La des ilusión es el techo de unicenter con los globos que se escaparon.
Y una nena desde abajo mirándolo.
Quizá hay un lugar en donde todavía nos encontramos.
En donde te puedo amar sin ningún dolor.
Quizá hay un lugar guardado en el cielo para las dos. Para los cinco. Para los miles.
Quizá lejos de mi tiempo, este ese lugar y encuentre allí el consuelo verdadero.
Quizá, Ojalá, rezo por alcanzar un día ese lugar, con vos.
Instrucciones para mirar la luna
Espere la noche.
Con ansias, sabiendo que va a llegar, usted espere la noche.
Una vez en la noche, encuentre un lugar, de preferencia silencioso y oscuro, y acomodese.
Por un lado, si se encuentra en un lugar despejado y aún es temprano, usted simplemente deberá posicionarse en dirección al este y esperar a que la luz del sol reflejada sobre este astro opaco haga visible sobre el horizonte los límites del aura que la rodean. A partir de ese momento todo lo que sigue será emocionante, se sentirá asombrado y pequeño a la vez. No lo comprenderá del todo pero usted estará al cabo de unos minutos mirando felizmente la luna.
Por otro lado, si usted se encuentra sumergido dentro de la rutina pero aún así quiere revelarse contra toda la superficialidad que esta conlleva, lo invitó a realizar lo siguiente:
Pasadas las primeras horas de la noche, alce su cabeza al cielo y busque. Esquive los edificios y haga el esfuerzo por encontrar entre tanta luz artificial una natural. Una radiante nube blanca que se deje ver en el espacio que queda entre la oficina, el árbol, los cables y el semáforo. Cuando la perciba, cuando vea su aura, muevase muy despacio procurando no perderla, izquierda, derecha, retroceda dos pasos, inclinese, agachese y salte si es necesario, subase a un banquito, haga todo esto hasta que por fin contemple, dentro de ese aura, la luna.
Consejos prácticos:
Para mayor duración realice las instrucciones en invierno.
Para mayor disfrute, realice las instrucciones en compañía.
Instrucciones para charlar
Procure estar acompañado, eso es esencial, de no se así, jamás logrará el objetivo.
Debe estar atento a lo que oye. Esto le permitirá dar a cambio una respuesta coherente y podrá así mantener el transcurso de lo que aquí llamamos "charla".
Probablemente está "charla" comience con un sencillo "Buenos días ¿cómo le va?". Ahora, en caso de que no sea usted quién pronuncie Estás primeras alabras introductorias, es de suma importancia que haga el esfuerzo por identificar a que grupo pertenece este saludo inicial proveniente de su acompañante.
Por un lado, está breve oración puede pertenecer a lo que sería el grupo A. Comentarios que se pronuncian con la simple intención de expresar cortesía, breve interés, y por sobre todas las cosas, apuro, urgencia por retirarse y no permitir que esa conversación se convierta en lo que aquí pretendemos explicar, una charla.
Por otro lado, el grupo B, no suele ser el más común, por lo menos no es el grupo de comentarios con el que uno se cruza en la oficina. En el grupo B estas palabras de iniciación pretenden, desde el interior de quién las pronuncia, expresar verdadero interés. Los comentarios, del grupo B expresan el anhelo de quién los pronuncia de que esas palabras sean respondidas.
Si esto último sucede, en caso de que usted logré, debido al tono de voz, expresión facial, gesticulación, vínculo, del acompañante, identificar que se trata de un comentario de tipo B, alegrese!
Porque de ser asi usted sencillamente debe responder con confianza a lo que se le pregunta y ofrecer, al final de su respuesta una pregunta a cambio.
Deberá repetir este procedimiento 5 o 6 veces como mínimo y así, finalmente podrá decir, que hoy estuvo charlando.
Sugerencia para responder al primer saludo de iniciación:
Buenos días a usted también! Me va muy (adjetivo) debido a que (motivo de elección del adjetivo anterior). Y a usted?
Juan, en el colectivo, disfruta descansar la cabeza contra el vidrio y que el sol de mediodía de invierno le golpee el párpado hasta obligarlo a cerrarlo.
Juan, una persona algo autoexigente, disfruta estar descansando la cabeza en el vidrio del colectivo y sentir como las irregularidades del asalto vibran sobre su frente logrando un temblor casi armonioso, como canción de cuna.
Juan, una persona ansiosa, en el colectivo, donde el tiempo y la puntualidad están fuera de su control, no tiene más remedio que inclinar su cabeza sobre el vidrio y escribir sobre lo mucho que disfruta tener ese ratito de sol, descanso e inspiración.
Hay un lugar
Que es vivir sin contar
Donde todo sale bien si se sabe disfrutar lo que no supiste cómo planear.
Donde los recuerdos son lo más
Donde el ritmo es el mío y no el que me dan.
Hay un lugar que te perdes cada vez que estas en esa nube viendo algún otro lugar.
Viernes de Junio.
Doce y media, pasadas.
Frío y frío, desde hace unos días, todo es frío.
Ayer hizo mucho frío por ejemplo, un montón, de todos los fríos, el de ayer fue el peor.
Bueno, viernes entonces.
Y acá en la estación la sociedad se divide en dos.
Como siempre.
Sólo que ahora es otro el tema en discusión.
A los dos nos gana algo
Como siempre
O el frío, o el dolor.
Y acá estamos, los que de cara al sol esperamos parados juntitos en monton.
Y los de allá, sentados en la distancia, descansan el cuerpo pero les falta el amor.
Digo el calor.
Del sol.
Digo de
Será que el disfrute te hace pensar en lo efímero.
Será que el disfrute te hace pensar entonces en aquello que si es eterno.
Será que el disfrute te hace volver a Dios.
Será que el disfrute te hace pensar en los planes que todavía no tenes, en lo mal que haces.
Será que el disfrute te hace pensar en que tenes que aprender a confiar, porque sabes que hay otro Plan.
Será que el disfrute te hace pensar que sólo te queda disfrutar.
En que desde tu lugar, sólo te queda orar.
Ya se hacen las 9:00 y todavía no escucho mucho movimiento en la casa. Hace ya hora y media que se fueron la más pequeña y la más grande, la dueña, la madre.
Abajo se preparará para irse el jefe, el patrón. El padre es sin duda el mejor.
Y yo acá en esta cama todavía tibia de la que recién se fue, despertandome de a poco con el rayito de sol que sólo entra por está habitación.
9:30 y ya pasó un montón. Los perros de enfrente son de lo peor.
Ya son las 10, decidí que levantarme de esta cama y moverme al sillón quizá sería lo mejor.
Faus ya se bañó, se preparó, hace diez minutos que está igual que yo, yendo de la cocina al sillón. Prepara el almuerzo, es obvio, me doy cuenta por el olor.
Yo la sigo, quiero jugar, salir a pasear. Pero ella está ocupada, siempre está ocupada. Entonces me da besitos en la oreja y explica que me quiere, que "perdón pero ahora no".
Y yo la miro, y miro para otro lado, y miro el techo, y miro el hueso que ayer escondi al lado de la alfombra a ver si todavía está ahí. Y todo esto sin moverme del sillón. Y la vuelvo a mirar y me pierdo en el décimo ladrido consecutivo del labrador de la esquina y me canso. Y sin dejar que termine el onceavo salto del sillón cual chiguagua volador y le respondo que se calle al menos 20 minutos por favor.
Y faus me reta porque me engancho en pavadas.
Encontré un lugar
Un rincón
Donde me quiero quedar
Donde no hay miedo porque hay compasión
Donde mi propia exigencia por hacer lo mejor se vuelve entrega a una Voluntad mayor
Donde soy libre
Y puedo hacer lo que quiera con amor
Donde mis propias fronteras ya no tienen valor
Y el único dolor es alejarme del Perdón.
Se desprende de su propio ser y cae.
En cámara lenta, como bailando, dejándose llevar, cae.
Se suelta de aquello de lo que formaba parte, aquello que la mantenía alta y flameante
y cae.
Y vuela.
A la libertad.
A ser algo por mi misma.
A ser imagen de su creador.
A ser motivo de poesía.
A ser pequeña razón de alegría.
A tocar el suelo
y volver al cielo.
Sucedió un impulso. La rutina te envolvió en una risa, un chisme, y el cansancio.
Te encontraste sin pensar. Hablando sin parar. Te aturdio el sumbido que es mayo. Enamorada de rojos y narajas no supiste tolerar la falta de armonía.
La rutina te envolvió en una risa, un chisme y el cansancio y el esfuerzo no tuvo lugar, y por un ratito no hubo tiempo para pensar.
Sucedió un impulso, una conversación improvisada, una hora de charla sin decirnos nada.
La rutina te envolvió en una risa, un chisme y el cansancio. Pero la risa cesó, el chisme se contó y el cansancio siempre ganó.
Y hubo el impulso de ser uno mismo o de dejarse llevar.
Y hubo el arrepentimiento de la espontaneidad.
Hubo culpa de haber hablado de más.
De haber olvidado la voluntad, la Voluntad.
Hubo silencio
Hubo enojo
Y sólo sabes perdir perdón a los únicos dos que conocen lo que pasó.
Es amor lo que siento por vos.
Vos, con tus impulsos mañaneros, tus apariciones imprevistas.
Tu silencio, tu presencia tan calma, tan perfecta, tan transparente. Tu saludo tan pausado, tan silencioso y a la vez tan poco desapercibido. Siempre imponente.
Te apareces en el aire, como partículas, porque así me imagino las partículas, como esas pelucitas que vuelan revolucionadas en el espacio que vos iluminas
Es amor lo que siento, cuando con los cachetes duros y la nariz roja resistiendo, te veo asomarte, a lo lejos, a lo alto.
Es amor cuando mis labios todos lastimados por fin se vuelven a encontrar con tu caricia y por un ratito se empiezan a curar.
Cuando cierro los ojos, acurrucada en mi misma, esforzándome por alcanzarte, busco la altura, el escalón más alto de la escalera, la estación más elevada del tren, y por fin te veo, es amor lo que siento por ese abrazo naranja cálido que sos.
Y a la mañana, temprano, esperando que llegues, te extraño.
Y el humito del agua caliente que sale del mate del garita
Y el frío
Y el viento helado que me envuelve toda la cara arriba de la bici
Y esa niebla, ese algo que hay en el aire, que todas las mañanas te llama a gritos para que vengas a equilibrar su naturaleza, para que vengas por favor a entibiar su aterido ser
Me hacen pensar en vos, en que ya venís, en que estas llegando
En que estamos en otoño y todos los días a partir de las cinco yo ya te extraño.
Una ventana muy grande, donde entre todo el sol de la mañana de otoño.
Un árbol muy alto que desde mi ventana pueda ver como se mueven sus hojas en cámara lenta.
Una calle muy larga, muy lisa, donde la bici no haga ruido y sólo se escuche la brisa.
Del viento entre las hojas de mi árbol.
En el recuerdo hay un amor que trasciende las palabras. Trasciende todo todo tipo traducción y expresión. En el recuerdo está el más puro cariño que uno anhela poder transmitir. En el recuerdo se ama tanto que duele no haber podido demostrarlo. En el recuerdo está ese amor que nos animamos a intentar expresar en una carta a la distancia.
En el recuerdo está el abrazo sin nada de miedo. En el recuerdo está un te quiero mucho directo a los ojos. En el recuerdo está un gracias y un perdón. En el recuerdo no hay nada de orgullo ni rencor. En el recuerdo hay verdad.
Hay mucha emoción. Es ahí, en el recuerdo, en la soledad, en la reflexión, en el agradecimiento, dónde está el afecto, el amor.
El abrazo de despedida (II)
Camina con su amiga la melancolía
porque así fue siempre y así es como sabe caminar.
Porque en su ser está el dramatismo
Porque es una enamorada de los detalles.
Siente nostalgia de todo lo que alguna vez fue y hoy simplemente, ya no es.
Siente haber amado de más todos esos consejos improvisados
esos mates apurados
esos abrazos mal dados.
Piensa
Piensa probablemente demasiado.
Piensa que quizá todo lo que piensa no tiene sentido ni mucho menos repuesta
Pero de todos modos...piensa.
Siente haber amado de más y se aferra a la ilusión de estar equivocandose.
Sumergida en el recuerdo, una doble emoción la conmovió.
Ella no quería.
Debía rozar aquel recuerdo sin perjudicarse.
Pero no lo logró
La emoción la vio y corrió
Se abrazaron
Se miraron
Con lágrimas en los ojos, se sonrieron
Se amaron
Y se despidieron.
entre el orgullo y el amor hay un escaloncito de pura ilusión
entre la distancia y un abrazo hay una bici y muchas ganas
entre el llanto y la amistad hay un puente que te cruza al otro lado, donde hay cariño desinteresado y recíproco
Cuando el enojo me cegue
Cuando el cansancio me gane.
Cuando la queja se me haga costumbre
Y todo se vuelva un fastidio.
Cuando tenga miedo
Cuando llore y me sienta sola.
Cuando no ame
Y no sepa qué hacer.
Que mi mirada vuelva hacia Vos
Y yo pueda ver.
Que mi cuerpo no conozca el cansancio
Que mi costumbre sea agradecerte
Que sepa ofrecerte mi esfuerzo
Que ningún miedo sea más grande que tu protección, que encuentre paz en la oración
Que sepa que no estoy sola porque estoy con Vos.
Que haga lo mismo, pero con amor.
La circunstancia de dejar de ser uno
De dar explicaciones
De contar mis opiniones
De depender de otros horarios
La circunstancia de cualquier hombre solitario
La circunstancia de que te extrañen
De que te soliciten
De que un lunes a la mañana de repente te necesiten
La circunstancia de acostumbrarse
De quizá uno también animarse
A necesitar
A extrañar
Empezar a confiar
La circunstancia de nunca lograr el objetivo
Nunca llenar el corazón de frío
La circunstancia de ser mitad y mitad
De que todavía quede algo por lo cual valga la pena volver a intentar
La circunstancia de no rendirse
De tener siempre una ilusión
De que todavía, después de tantas veces, siga ganando el corazón
De dejar de ser uno
Y ser dos.
